UNA IGLESIA PENTECOSTAL ES DESALOJADA POR LA FUERZA EN BIELORRUSIA
Una iglesia pentecostal de la capital bielorrusa, Minsk, fue desalojada por agentes policiales el pasado 17 de febrero.
La redada tuvo lugar tras un intento de desalojo en enero, cuando la Iglesia New Life Church se negó a dejar entrar a la policía y a los agentes judiciales. El pastor, Viacheslav Goncharenko, fue multado por desobedecer la orden judicial. El 17 de febrero los oficiales volvieron, y un vídeo muestra cómo entraron por la fuerza en el edificio, donde se celebraba una reunión de oración con entre 60 y 70 personas.
Los oficiales dijeron que actuaron en virtud de una orden de desalojo emitida el 7 de diciembre, en la que se exigía a la iglesia que desalojara antes de finales de mes.
"Los oficiales ordenaron a todos salir de la iglesia, amenazando con detenerlos durante 24 horas si no se iban", declaró el administrador de la iglesia, Vitaly Antonchikov. Desde la redada, el edificio ha sido vigilado por las autoridades y no se ha ofrecido a la iglesia un nuevo lugar para reunirse.
La iglesia ha estado en conflicto con las autoridades desde que la congregación comenzó a reunirse en un antiguo establo en 2002. "El gobierno se ha negado a permitir que la iglesia legalice su posición cambiando la designación del edificio como lugar de culto, o para usarlo para reuniones de culto". A lo largo de los años ha habido varios intentos de desalojo.
La congregación se ha quedado con las ganas de saber las supuestas razones de este desalojo.
Antonchikov dijo que podría estar relacionado con un vídeo que publicaron en noviembre, en el que aparecían miembros de la iglesia manifestándose contra la violenta represión del régimen en las protestas que han envuelto a la nación desde las elecciones presidenciales de agosto del año pasado. La oposición afirma que fueron amañadas a favor del presidente en funciones, Alexander Lukashenko, que lleva en el poder desde 1994.
Desde el inicio de las protestas, las violaciones de la libertad religiosa han aumentado. Se ha prohibido la entrada de trabajadores religiosos extranjeros en el país y se ha presionado a las comunidades religiosas para que se alineen con el régimen.
El 9 de febrero, las autoridades bloquearon a la rama de Minsk de la organización benéfica católica Cáritas para que no recibiera fondos extranjeros para un proyecto de apoyo a personas pobres y sin hogar.
Tomado de: https://www.puertasabiertas.org/
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